El coche eléctrico ya ha triunfado. Es un hecho. Y no me he adelantado hasta el siglo XXII, sino que estoy escribiendo, como no podía ser de otra manera, desde el año 2012 de nuestra era. Los prejuicios y la incredulidad de los usuarios y los intereses de las petrolíferas han ido debilitándose para dejar paso al simple razonamiento siguiente: ¿por qué tengo que dejarme un riñón cada vez que lleno el depósito de mi vehículo? Pues porque tú quieres, ni más ni menos. Aquí te presento la revolución en la movilidad urbana, el primer paso que necesitamos dar para cambiar el chip.
Seguimos después del salto.
El Renault Twizy es líder de ventas de vehículos eléctricos no industriales en nuestro país, pero todavía estamos muy lejos de los datos manejados en Francia, donde sólo en París ya circulan más de 2.000. Su comodidad a la hora de encontrar aparcamiento sólo es comparable a la de un Smart, pero su precio o su ahorro en combustible no tienen parangón.
Pero no te engañes, el Twizy no es un coche. Si te fijas bien en su tamaño, sólo da para dos plazas: la del piloto, frente al volante; y la del acompañante, justo detrás en una posición un tanto incómoda, muy a lo Sharon Stone.
Como puedes observar, ¡no tiene ventanas! El Twizy está diseñado con la idea de servirte de medio de transporte barato, estable y fácil de aparcar, no te desanimes, ¿no están todas las motocicletas del mundo sin ventanas? Y nadie pone el grito en el cielo, así que tú no vas a ser menos…
Aquí puedes ver que llevo razón, la pantalla de información de crucero es muy simple y es una muestra inequívoca que si estás buscando un vehículo tipo Hummer, te estás equivocando:
Pero no creas que vas a tener las marchas en el volante… ya te he dicho que el Twizy tiene características tanto de una motocicleta como de un coche, los dos pedales de siempre, a utilizar ambos por el pie derecho:
Como has visto, el Renault Twizy ni es una moto ni un coche, es lo que es, ¡un Twizy!
Una respuesta a “EL TWIZY, PRIMER CONQUISTADOR”