En este articulo se van a mencionar dos nuevos descubrimientos en el mundo de las baterías, como se puede ver se están dando pasos de gigantes en este mundo, aun le falta mucho para pulir estos descubirmientos basado en las propiedades de los líquidos y es muy probable que en un futuro no muy lejano varios de los aparatos electrónicos que conocemos funcionen con dispositivos basados en la obtención de energía a partir de las propiedades electroquímicas del agua.
– En el primer descubrimiento nos llega de Canadá de manos de Daniel Kwok y Larry Kostiuk, publicado en Journal of Micromechanics and Microengineering. El hecho se descubrió al desplazar agua dentro de un tubo de treinta centímetros, el que generó inesperadamente minúsculas cargas eléctricas del orden de uno a dos micro-amperios La insignificancia de la carga les llevó a repetir el experimento en una colección de medio millón de micro-tubos, obteniendo así una diferencia de potencial total de diez voltios.
Estos valores pueden incrementarse empleando miles de conductos paralelos en los que se administra el agua a una presión considerable para amplificar la generación de cargas, y alcanzar así un suministro eléctrico capaz de alimentar aparatos electrodomésticos con extensa duración.
El hecho es que si lo instaurasen en plantas depuradoras, éstas podrían proveer de electricidad y convertirse así en una alternativa comparable a otros métodos no convencionales de suministro.
– El segundo de los descubrimientos nos llega de Instituto Tecnológico de Massachussets, en manos de por Mihai Duduta y Bryan Ho, bajo el liderazgo de sus profesores W. Craig Carter y Yet-Ming Chiang, y ha sido descrito en un estudio científico publicado en Advanced Energy Materials.
Se trata de una batería con un diseño innovador llamado flujo celular semi sólido (ninguna relación con el capacitor de flujo de Volver al Futuro), en el cual partículas sólidas se encuentran suspendidas en un líquido que sirve de transporte para bombearlo al sistema. Los componentes activos de la batería, es decir los electrodos positivo y negativo, se componen de partículas suspendidas en un líquido electrolito, o conductor eléctrico.
La clave está en que el equipo del MIT logró combinar la estructura básica de las baterías de flujo con la probada química de las baterías de ion-litio, al reducir el material sólido de la batería a partículas diminutas que pueden ser transportadas en suspensión líquida. Algo similar a la forma en que se comporta la arena movediza, fluyendo como un líquido a pesar de estar compuesta de partículas sólidas.
Una de las características más interesantes de esta batería es que separa dos de las funciones típicas de una batería, la de almacenar energía para cuando se la necesite, y la de descargar esa energía. En las baterías químicas comunes el almacenaje y la descarga se llevan a cabo en la misma estructura física, mientras que en esta nueva batería ocurre en dos estructuras separadas. Según los diseñadores esto permite un aumento de eficiencia.