El plan FREVUE, promovido por la Comisión Europea, busca comprobar si el reparto de mercancías en los centros urbanos puede hacerse de manera sostenible. Es sólo un proyecto, pero podría hacer las calles del centro de las ciudades más silenciosas y menos contaminadas.
En el programa participan ciudades como Londres, Estocolmo, Milán, Lisboa, Oslo, Amsterdam, Rotterdam y Madrid. El presupuesto ronda los 926.000 euros por ciudad, de los que la UE pone algo más de la mitad (562.000 euros) y el resto lo aportan empresas. Los ayuntamientos, por su parte, proporcionan logística y coordinación.
En Madrid el programa piloto ya ha comenzado, y en Legazpi se ha preparado un centro de distribución donde furgonetas eléctricas toman el relevo y hacen las entregas en las zonas de especial densidad de población.
Por ahora, las empresas que van a desarrollar el programa son el Grupo Leche Pascual, TNT y Seur. Además, varias marcas de coche han ofrecido sus vehículos eléctricos para realizar la carga y descarga.
Al término del proyecto, la Comisión Europea pretende que las empresas de transporte de mercancías y los vehículos contribuyan a reducir la importante cantidad de emisiones y ruido en las ciudades.