Este acontecimiento tuvo lugar en el año 1899, cuando una revista francesa organizó una contrarreloj de coches.
La primera «pole» la consiguió Chasseloup-Laubat con un vehículo eléctrico de 40 CV, con el que alcanzó los 63,13 km/h. Después fué para el belga Camile Jenatzy, que alcanzó los 66,5 km/h; pero que rápidamente le superó su rival francés Chasseloup alcanzando los 70,31 km/h y rompiendo el motor nada más pasar la meta.
Este desafío entre estos dos rivales continuó, y en la revancha Camile alcanza los 80,33 km/h, y Chasseloup llegar a alcanzar los 92,69 km/h.
Camile insatisfecho construye un nuevo coche construido con una aleación ligera de aluminioy con forma de torpedo. Este coche alcanza una potencia de 68 CV y con un peso relativamente alto, 1450 kg de masa. El 29 de abril de 1899 Camile Jenatzy alcanzó los 105,88 km/h. Este récord lo mantuvo durante tres años, después fué superado por vehículos con motor de combustión. Pero sí es verdad que han teniendo que pasar muchas décadas hasta que un vehículo eléctrico superase esa marca.