Desde hace más de dos años, la motocicleta eléctrica ha copado el liderazgo de la movilidad sostenible en nuestro país. Aunque a comienzos de la implantación del vehículos eléctrico en España fueron los coches los que tuvieron un mayor impacto, a medida que la crisis económica avanzaba las ventas de coches retrocedían y las de motos iban cobrando protagonismo.
Como decimos, es desde hace dos años y medio cuando la motocicleta eléctrica ha asumido un papel preponderante, triplicando en ventas a sus compañeros de dos ruedas. Su menor coste y su facilidad de recarga -baterías extraíbles-, su más rápida amortización en gama media-baja ayudaron a imponerse en el mercado. Aunque su grado de impacto en el mercado español no supera el 2%, es evidente que es superior al del coche eléctrico, con tan sólo un 0´2%
Aunque faltan datos fiables y existe una cierta confusión en marcas y modelos, lo que sí ha resultado cierto y comprobable ha sido la mayor disposición del consumidor particular y público a realizar una inversión en este sentido. Para el particular que necesita hacer pocos kilómetros al cabo del día y que se mueve en entornos urbanos o interurbanos, la comodidad que supone una motocicleta eléctrica es evidente. Comodidad que se convierte en necesidad cuando estamos hablando de algunas profesiones muy particulares como abogados, procuradores, comerciales y transportistas, que trabajan muy a menudo en los centros de las ciudades y que su capacidad para aparcar “en la puerta” es una garantía de un trabajo a tiempo. También existen empresas de sectores muy determinados que han optado por el cambio en su flota de dos ruedas, intentando rebajar costes a medio y largo plazo. Un ejemplo supone las empresas de seguridad que vigilan grandes parcelas o campus universitarios que necesitan de un constante perimetraje a la hora de realizar sus funciones. También las Administraciones Públicas, en concreto los entes municipales, han sido hasta ahora protagonistas de cambios tangibles en sus políticas de movilidad, adoptando para sus servicios pequeñas flotas de motocicletas eléctricas con las que rebajar los costes de combustible en tareas que todos conocemos.
Sin embargo, esta tendencia ha ido rebajándose paulatinamente, y no tan paulatinamente en lo que llevamos de 2013, cuando casi se ha invertido el impacto de la movilidad eléctrica en España. Actualmente, y siempre en base a los datos facilitados por los distribuidores en el caso de motocicletas y las agrupaciones nacionales de automóviles en el caso de los cuatro ruedas, las ventas de coches han experimentando una subida tangible mientras que las de scooters y ciclomotores están comportando bajadas pronunciadas. Algunos de los motivos pueden ser los siguientes:
Falta de ayudas
Como todos sabemos, existen a nivel nacional ayudas a la compra de coches eléctricos que pueden sumarse a la subvención general del sector automovilístico que están comportando un aumento de la compra de coches eléctricos. La coincidencia del lanzamiento de algunos modelos muy esperados por parte del consumidor también ha sido un hecho que sumado a éste, ha supuesto un mayor atractivo a su adquisición. Claro que, también sabemos que las ayudas ofrecidas por el Gobierno excluyen dos cuestiones importantes para la real implantación de la movilidad eléctrica en España: las motocicletas eléctricas y los puntos de recarga. No se trata de subvencionar por subvencionar, sino aplicar las políticas de estímulo necesarias cuando se apuesta por algo tan importante como lo es un cambio de modelo energético para nuestro país. Este es un hecho que margina a las motos eléctricas y, aquellos que están deseando adquirir un vehículo eléctrico, pueden no plantearse siquiera pensar en un scooter. Como apunte, en la comunidad autónoma del País Vasco, sí que se ha hecho un esfuerzo para apoyar la compra de este tipo de vehículos.
Gran precio
Resulta evidente para los que nos movemos en el sector, que todavía los productos de gama media-alta son sustancialmente poco competitivos en comparación con sus primos de combustión. Actualmente, las motocicletas eléctricas de gran cilindrada y prestaciones suponen una inversión de alrededor de 10.000 euros, lo que limita mucho la cantidad de posibles compradores.
Problemas técnicos
Las que están muy bien de precio son sin embargo las motocicletas o ciclomotores de gama media y media-baja, lo que hace año y medio disparó sustancialmente su venta. Sin embargo, el fallo de alguno de sus componentes y la endeblez de algunos modelos ha supuesto un impacto negativo en la imagen del consumidor. El boca a boca ha tenido su influjo, lo que hace que actualmente muchos potenciales compradores están a la expectativa de la fiabilidad del sector a medio plazo, lo que ha contenido las ventas.
Bajo impacto
La capacidad de retroalimentar el mercado todavía es bajo. No se ha llegado todavía al punto de inflexión del ciclo de vida del producto que implique el boom del sector. Todos sabemos que el efecto llamada producido por ver el producto en uso y en la calle, que sea utilizado a un nivel cuya percepción sea manifiesta todavía no ha llegado a ocurrir, por lo que el sector comienza a languidecer tras un punto en el que muchos pensaron que el despegue de las ventas hasta niveles significativos iba a ser inminente.
Aún con todo, la movilidad eléctrica es un camino sin retorno que todos debemos comenzar. Un día nos levantaremos por la mañana y nos daremos cuenta que la utilización del ciclomotor eléctrico es algo real y manifiesto, y no entenderemos por qué no apostamos por él mucho antes.