Hoy os presento a Emilio Ballesteros, empresario del sector de vehículo eléctrico y gurú. No os dejará indiferentes. Y vais a aprender mucho. Atentos.
Pregunta. Emilio, eres un referente en el sector del vehículo eléctrico en España, ¿cómo y cuando nació la idea de entrar en él?
Respuesta. Ya en el año 2009 comienza mi historia a raíz de una visita a Carolina del Norte, donde me intereso por las conversiones de coches de combustión a eléctricos, iniciativa pionera en todo el mundo y con una idea clara de negocio. Gracias a esto pude traer la idea a España con la empresa Raem Technologies Corporation, ubicada en Miami y dedicada a la elaboración de proyectos para documentales y trabajos por encargo, y actualmente inmersos en un proyecto con National Geographic.
Poco a poco fui abriéndome paso en los medios y apoyándome en varios artistas comienzo a promocionar la idea de Conviértete: “Conviértete a eléctrico y pásate a la vida zero”. Tras unos primeros contactos con directivos de la marca Renault comienzo a colaborar con ellos y la idea va evolucionando hasta que una empresa alemana se interesa por nuestro sistema de carsharing para un hotel. De la mano de Ciro Boundestino y la cadena RRG nos convertimos en los propietarios de los derechos para la explotación de la idea en la costa adriática. Actualmente tenemos por objetivo los mercados orientales y por ello nos hemos aliado con Carlos Espinosa de los Monteros, colaborador de Marca España.
P. ¿Cuáles son los mayores problemas que ves a la implantación del vehículo eléctrico en nuestro país?
R. Problemas ninguno, España es un país muy flexible cuando quiere y da soluciones a todo con celeridad si hay voluntad. En realidad, los obstáculos son comunes a todos los países en los que esta tecnología está implantándose, como la gran dificultad en la venta por la complejidad de los complementos como los puntos de recarga. Lo que más complicado está resultando es convencer al cliente que necesita equipar a su vehículo para conseguir que sea operativo. Es por ello por lo que el alquiler es un idea de negocio que va a crecer muchísimo en los próximos años.
Otro obstáculo importante es el miedo al cambio, y la baja formación de los comerciales, ya que no están preparados. No sólo por la poca formación respecto a los productos que venden, sino por cierto miedo al sector de la movilidad eléctrica que impide que den buena información a los clientes, lo que no favorece un buen impacto de la imagen del sector en la sociedad.
A mi entender, las Administraciones Públicas no están confiando demasiado en el vehículo eléctrico, con una incapacidad palpable de implementar medidas reales de ahorro y con poca visión a largo plazo en el tema ambiental, haciendo oídos sordos a las ventajas del vehículo eléctrico como solución de movilidad. Esto es algo que está muy vinculado a la tradición española, una sociedad con miedo al cambio y cierto desprecio sin conocimiento de las nuevas tecnologías, aunque la implantación del vehículo eléctrico es cuestión de tiempo. Además, en muchos sectores profesionales cualificados, la movilidad eléctrica es ya una realidad.
En este sentido, el mayor obstáculo recae en la poca sincronía entre la creación tecnológica y la lenta implantación en la sociedad de los cambios. Hace poco leí que una empresa iba a lanzar coches voladores para el año 2020, lo que me resultó muy chocante, ya que el INTA dispone de proyectos anteriores a 1987 con varios prototipos… Lo que quiero transmitir es que es importantísimo trasladar a la sociedad los adelantos en infraestructuras y sistemas de gestión de tecnologías avanzadas como los vehículos eléctricos puros, híbridos, microhíbridos, etc., ya sea en materia de puntos de recarga como sistemas de reparación. Y esto es lo que intentamos hacer con @twizytaxi, donde hemos implantado ya la tecnología NFC con Vodafone y para Blackberry Q5.
P. ¿Cómo valoras el apoyo de las diversas administraciones públicas al sector?
R. Para responder a esa pregunta bien deberíamos de analizar comunidad autónoma por comunidad autónoma. El comienzo fue muy prometedor, pero poco a poco las diferentes administraciones han ido perdiendo fuelle, por el problema presupuestario. Existió un boom del coche eléctrico antes de la crisis y ahora estamos atravesando el desierto. Sólo esperamos que las instituciones no rematen a la movilidad sostenible como ocurrió en el 76, y podamos contar los usuarios con una opción de movilidad sostenible.
Concretamente en Madrid se comenzó con mucha fuerza, haciendo grandes progresos en infraestructuras, medios y sistemas de gestión, pero finalmente todo ha quedado en standby. En la zona norte de España sí que está habiendo un apoyo real y se nota que se está pensando a largo plazo. En la zona de Valencia y Levante en general hay una gran dejadez, y en sur las cosas se están empezando a hacer bien. Tiempo al tiempo, esto es una carrera de fondo.
Por otra parte, fuera de nuestras fronteras, la Unión Europea sí que está impulsando medidas concretas de apoyo al vehículo eléctrico, pero muy poco a poco. Confiamos en que se siga apostando por el cambio y ahí estaremos nosotros para aprovecharlo y crecer.
P. ¿De qué forma crees que las empresas privadas van a apostar por el
vehículo eléctrico?
R. La empresa privada apuesta por dar el mismo servicio a pymes que a particulares con los mismos beneficios e incentivos fiscales, por lo que considero que el renting a particulares es una gran baza. La mentalidad ganadora de las empresas privadas ha facilitado la sincronización de las empresas del sector en ofrecer servicios integrales al usuario. Muchas suministradoras de energía están ya ofreciendo la instalación de puntos de recarga y gestión de energía. También encontramos nuevas empresas que intentan dar soluciones integrales de recarga para los vehículos eléctricos que lo están haciendo bien. Creo que todo el sector debe de apoyarse para crecer juntos: empresas instaladoras con empresas de carsharing, renting y aparcamientos públicos, suministradoras, etc. Incluso existen iniciativas muy audaces que están sacando patentes para dar soluciones inteligentes de movilidad, que al final es lo que necesita el usuario. La ampliación del catálogo de soluciones es una buena iniciativa para poner más opciones delante de los consumidores, con diversidad de precios que ayuden a dinamizar el sector. En este sentido, las empresas como Conviértete necesitan poder dar precios competitivos, ya que el cliente debe de llevarse el coche puesto cuando salga del concesionario y con todos los accesorios, como el punto de recarga.
P. Tú eres usuario, cuéntanos tu experiencia con los diferentes modelos de coche que has probado.
R. El primer coche eléctrico que cogí fue el de Feber de chiquitito. Yo tenía además uno de gasolina que me compró mi padre que se arrancaba con una cuerda y la verdad es que usaba el de gasofa para ensuciar en la calle y hacer ruido y luego el de Feber para ir por mi casa y tener una movilidad eficiente y razonable, así que fijaros desde cuándo aposté yo por el vehículo eléctrico, fui el primero de España de lejos. Desde bien joven me di cuenta de que un vehículo eléctrico no es sólo un tipo de coche, es el mejor concepto de servicio personal que se haya creado jamás.
El primer coche eléctrico que probé a nivel comercial fue un Buick de 1.800 kilos que un particular había convertido a eléctrico con 400 voltios y un motor de 13 pulgadas de corriente continua en EEUU. Me quedé muy sorprendido de su potencia. Más tarde probé el C-Zero de Citroen, con motor Brushless que no me convenció por su poca potencia y muy poco competitivo económicamente.
En un momento de arrebato compré un Fisker Karma Signature de 2010, un modelo poco notable. Éste lo cambié por un Tesla Roadster, impresionante coche pero limitado a 220 km/hora incomprensiblemente, ya que tiene una aceleración sin parangón y que vendí por su gran consumo y la duración de la batería. Aún así no me arrepiento, ya que lo compré por capricho y no por funcionalidad.
Seguidamente compré un Twizy de segunda mano en Valladolid que actualmente uso a diario y mi pretensión es adquirir un Zoe negro en los próximos meses, para mi el eléctrico ideal: 160 kilómetros de autonomía, potencia de sobra y un coche con grandes prestaciones. El gran problema del Twizy, a pesar de ser una gran propuesta de movilidad, el transporte unipersonal en España no creo que tenga un gran futuro. Además, a este cuadriciclo le falta mucho para ser coche.
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Mañana más, y mejor.